Cuando la bolsa puede ser un casino online

Aumentan los números del mercado de valores

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Más de una vez te habrás preguntado si los accionistas en la bolsa no son como grandes apostadores de casino, ¿no? Asumen riesgos y toman decisiones. Después de todo, cuando invertís en acciones de una empresa no estás seguro de si van a subir o bajar. Pueden pegar tanto un salto en su valor como desplomarse de un día para el otro. Lo mismo sucede con las apuestas: cruzamos los dedos, ponemos una pata de conejo, una herradura o lo que sea con tal de tener la suerte de nuestro lado en los juegos de casino online de JackpotCity. Veamos, entonces, qué similitudes y qué diferencias tienen estas dos actividades que apelan a la diosa fortuna para conseguir el éxito.

Pensar como jugador o pensar como casino

Aunque a los accionistas les cueste admitirlo, una primera gran coincidencia es que ambas actividades se rigen por la ley de la probabilidad. Si invertís en acciones de una empresa y las vendés en un plazo corto de tiempo, vas a obtener una ganancia o una pérdida. Lo mismo que si comprás dólares o títulos públicos con pesos argentinos o la moneda de algún país emergente, y días o meses después vendés esos dólares para volver a tener moneda local. ¿No resulta similar a cuando jugamos en casinos online Argentina o cuando hacemos apuestas deportivas? Llegamos con un capital, que en el corto plazo se incrementa o disminuye.

Si estás de acuerdo con esta premisa, preparate, porque acá empiezan las diferencias. Los buenos inversores no se parecen a los jugadores casuales. Primero, porque invertir en una empresa solvente significa ser dueño de una parte de ella. Si su cotización desciende en el mercado de valores, seguimos siendo dueños de esa parte. Y tal vez el año siguiente traiga mejores noticias y recuperemos o incrementemos la inversión. Se trata, entonces, de una inversión a largo plazo. Más que como jugadores, pensamos como dueños de casino. Un casino premia a los ganadores con el dinero de los perdedores. Por lo tanto, suceda lo que suceda, el casino es solvente, tiene las probabilidades a su favor. Un accionista que aprendió lecciones de un casino invertirá solo en los negocios que tengan altas cotas de ser rentables. Menor cantidad de inversiones, pero más confiables.

Mano sosteniendo dos cartas Ace

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Expectativas

Otro punto interesante al pensar en las diferencias entre operar en el mercado de valores y jugar en el casino son las expectativas. Cuando vas a jugar al casino online, lo principal es la diversión. Por eso, estás dispuesto a irte con menos dinero del que llegaste de la misma forma que cuando vas al cine. Para los accionistas es diferente, la expectativa siempre es que sus inversiones redunden en beneficios económicos tarde o temprano. Es que, por definición, invertir es el acto de asignar fondos o comprometer capital a un activo con la expectativa de generar un ingreso o ganancia.

Cuánto poner en juego

De la misma manera que los inversores, los jugadores deben decidir cuánto de su capital arriesgan. Si jugás a las cartas, podés usar las probabilidades del pozo para calcular riesgo vs. recompensa. Los jugadores profesionales de póker, incluso, llegan a investigar la historia de sus rivales de ocasión, recuerdan lo que sus oponentes apostaron 20 manos atrás, y buscan señales en sus expresiones. Los jugadores inexpertos, en cambio, perderán su dinero rápidamente, de la misma forma que un inversionista cuando no actúa con sensatez.

Si bien tanto en la inversión como en el juego tratamos de maximizar la ganancia y minimizar el riesgo, la casa tiene una ventaja matemática sobre el jugador que aumenta cuanto más tiempo juegue. En el mercado de valores, el juego es a largo plazo. Cuanto más persistas con tus inversiones, mayor probabilidad va a haber de que obtengas un beneficio. Es un proceso más lento y estable. La naturaleza del juego, en cambio, es de corto plazo, lo que le da mayor adrenalina y sorpresa a la probabilidad de quedarte con el gran premio.

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