El fenómeno de los juegos sociales

 Juego social

Fuente: Pixabay

Con la explosión de las redes sociales, los juegos marchan cada vez con más fuerza en dirección a las comunidades. Más precisamente, a la creación de comunidades de jugadores que se identifiquen entre ellos porque comparten una misma pasión. Es el caso de videojuegos clásicos como el Minecraft, el Preguntados o el Fortnite. 

Lo mismo sucede en sitios web de casinos con la posibilidad de jugar con crupiers en vivo, es decir, podés sentarte junto a personas de todo el mundo, en una especie de Torre de Babel de la diversión. Incluso existe el término social casino, que describe a los juegos de casino que podés jugar gratis junto a tus amigos. Es que en este mundo conectado por las redes sociales, ¡lo más importante es la diversión! De todas formas, si buscás casinos con dinero real, JackpotCity siempre te va a estar esperando para jugar en el casino en línea.

El origen del fenómeno

A la hora de rastrear cuándo comenzó el fenómeno de los juegos sociales, podríamos remontarnos hasta la antigüedad, ya que los juegos de cartas, o de mesa, implican una interacción entre distintos jugadores. Esa es la lógica que primó a la hora de pensar en el modo multijugador de los videojuegos, al comienzo, en redes locales o LAN. Después, con la llegada de internet, en servidores con acceso desde cualquier lugar del mundo. Así, fanáticos de clásicos FPS (First Person Shooter) como Quake podían combatir entre sí por horas en arenas.

La llegada de las redes sociales

El siguiente salto sucedió con la llegada de Facebook. Si bien los jugadores ya se comunicaban a través de foros o de mensajería instantánea como ICQ y MSN, los juegos desde Facebook permitían que nos divirtiéramos específicamente con nuestros contactos. Incluso podíamos publicar nuestros logros e invitar a amigos y familiares a que se unieran. Clásicos de esa época fueron el FarmVille, en el que cuidábamos nuestra granja; el inmortal Candy Crush; el Preguntados, de una empresa argentina; o el policial Criminal Case, entre otros.

Los casinos sociales

Y en medio de esta transformación en la forma de divertirte llegaron los casinos sociales. Como te contábamos al comienzo, se trata de sitios o aplicaciones para celular o Facebook en las que podés jugar a tus juegos favoritos de casino pero sin poner dinero en riesgo. Desde tragamonedas hasta ruleta, póker... lo que se te ocurra. Y eso no es nada. En una vuelta de tuerca más, los casinos sociales se fusionaron con los videojuegos. Mirá si no el caso del GTA Online Casino, en el que podés hacer apuestas como parte de la trama del juego en un casino virtual. Lo que ganes ahí te sirve para mejorar un lujoso penthouse donde podés organizar fiestas, entre otras maravillas.

Comunicación, la clave

Ahora que todo el mundo puede acceder a smartphones poderosos, capaces de procesar gráficos de alta calidad, los juegos pasaron a los celulares en forma de apps. La capacidad de comunicación de un celular no tiene rival. Desde redes sociales podés enviar invitaciones para jugar al videojuego de moda, mientras charlás de la vida con tus amigos. Lo podés hacer desde un transporte público, mientras esperás en un negocio, en el recreo del colegio (¡no durante la clase!) o donde se te ocurra. O transmitir en vivo cómo jugás, en redes sociales orientadas específicamente al streaming de juegos.

Es la forma en que nacen y prosperan comunidades enteras de gente afín. Lo mismo sucede con los casinos sociales, en los que podés estar en contacto con tus seres queridos mientras jugás con ellos a las cartas. Basta hacer una sencilla búsqueda por Google Play para conocer infinidad de aplicaciones de casino con las que es posible jugar en forma gratuita, sin el menor riesgo. Hay empresas, como Big Fish Games, que se encargan de eso. Así, cuando decidas jugar con dinero de verdad, vas a llegar convertido en un experto.

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