El mejor amigo del hombre también juega al póker

CM Coolidge obra de arte

Fuente: Cassius Marcellus Coolidge

¿Perros jugando al póker? Sí, como lo oyes, en la mente de Cassius Marcellus Coolidge parece que todo es posible, y que el mejor amigo del hombre se dedique a disfrutar de lo que hoy son juegos de casino online es lo más natural del mundo. Estos perros se divierten e incluso hacen trampas en algunas de las pinturas del autor, así que vamos a intentar meternos de lleno en la mente del pintor estadounidense para ver cómo se le pudo ocurrir semejante animalada.

La serie Dogs Playing Poker

No existe tan solo un cuadro en el que los peludos se diviertan con las cartas, el total es nada más y nada menos que de 16 pinturas que han conseguido fascinar a muchos desde que salieron a la luz a principios del siglo XX.

Las escenas son siempre familiares, aunque cada una de ellas es particular por algún motivo. En estos cuadros pueden verse escenas de partidas de póker como se verían en cualquier sala de juego. Eso sí, los que están sentados a la mesa son perros, canes de distintas razas con actitudes muy diferentes, vestidos como humanos y en posiciones de lo más familiares para cualquiera de nosotros.

Lo cierto es que no se sabe muy bien cómo se le ocurrió la idea a Cash, nombre con el que sus amigos llamaban al pintor. Eso sí, su trabajo cobró dimensión pública cuando fue contratado por la agencia de publicidad Brown & Bigelow, la cual empleó las pinturas de los perros jugando al póker en calendarios o en campañas publicitarias de cigarrillos.

El cuadro más famoso de todos

Si bien es cierto que el mismo concepto de mostrar a perros jugando al póker en sus cuadros ya era algo original, lo cierto es que hay una obra de esta serie que destaca por encima de todas las demás.

Se trata de A Friend in Need, que se traduce como Un amigo en apuros. ¿Por qué es especial? Pues porque en ella los perros no solo juegan al póker; uno de ellos pasa bajo la mesa un as para que su amigo pueda completar su jugada y hacerse con la suma que hay sobre la mesa.

Sí, el mejor y más fiel amigo del hombre también hace trampas, y es que la emoción y la tentación de terminar ganando una simple mano de póker se hace difícil de resistir.

El original de este cuadro nunca ha sido vendido, por lo que es complicado aventurar cuánto podría valer en el mercado. No obstante, se estima que su precio podría superar fácilmente el millón de dólares, una cifra que seguro que llamaría la atención de todos los que en su momento se rieron y ridiculizaron a Cassius Marcellus Coolidge por estas pinturas.

El éxito se hizo esperar

Como has leído antes, los cuadros fueron rechazados de forma general cuando aparecieron. Cassius los presentó a varias empresas y organizaciones dedicadas al mundo del arte y lo único que recogió fueron burlas y menosprecio.

Es más, auténticos críticos y expertos de la época como William Hennessey declararon públicamente que aquello no tenía nada de arte y que debían ser rechazadas como piezas de colección.

Coolidge no terminó de ver el éxito de sus pinturas. Es más, cuando murió en 1934 a los 90 años, quedaba muy lejos de su imaginación la posibilidad de que las pinturas valiesen algo, por lo que terminó por creerse las críticas que se habían hecho a su obra.

Hoy no solo cuentan con el reconocimiento de los expertos en arte, la cultura popular también las ha incluido como un referente de los Estados Unidos de principios del siglo XX. Es más, series tan populares como Los Simpson tienen escenas en distintos capítulos que reproducen las pinturas de Coolidge y lo mismo sucede con otras producciones recientes como Padre de Familia.

La conclusión no puede ser otra que el afirmar que los cuadros de perros jugando al póker son hoy un icono de la cultura pop, un símbolo que demuestra que tentar a la suerte es algo a lo que no pueden resistirse ni los perros.

5 amuletos para la buena suerte Las 5 carreras de animales más curiosas del mundo